Aunque usted no lo crea muchas enfermedades tienen santos que se les asignan como San Bartolomé para la enfermedad de Parkinson y San Vito para la dolencia herky-espasmódica. Para no hacer menos a los que sufren de hemorroides, estos también tienen un patrón, él es un monje de origen irlandés llamado San Fiacre que vivió en el condado de Kilkenny, en la provincia de Leinster, en la esquina sur oriente del país en el siglo VII o principios del sexto. Pasó sus primeros años en una ermita donde llegó a ser reconocido como un hombre santo, un herbolario y curador, fue debido a estas cualidades santas que la gente lo seguía fielmente.
Por alguna razón, Fiacre
decidió al igual que muchos de sus compatriotas emigrar y abandonar la
Isla Esmeralda para establecerse en otro lugar. Cruzó el mar y emigró a Meaux,
en la provincia de Brie, Francia cerca de la actual París. Allí fue bien
recibido por Faro, el obispo local (ahora santo también), que le asignó la
tierra en Brodolium (Breuil moderna. ) Con el tiempo Fiacre construyó un
hospicio, y un oratorio y una celda separada por sí mismo. Se dice que vivió
una vida de mortificación, oración, ayuno, vigilia, trabajando en su jardín y sanando a los
enfermos, especialmente a los enfermos de hemorroides. En ciertos lugares a las
hemorroides les llamaban "La enfermedad de San Fiacre " ya que quizá él mismo las pudo haber sufrido,
se dice que un día estaba sentado tristemente en una piedra y la piedra
suavizada le proporciono un gran alivio de la clase que se puede obtener con
baños de agua cálida.
También hay una versión algo diferente de cómo San Fiacre se
convirtió en el santo patrón de las hemorroides
y cómo éstas eran conocidas como la maldición de San Fiacre. Cuando San
Fiacre llegó por primera vez a Meaux, se dice, Faro obispo decidió darle la
tierra, pero no le importó mucho para él, así que dio a San Fiacre una pala particularmente
pequeña y le dijo que podía tener toda la tierra que pudiera limpiar en un solo
día, así que San Fiacre fue a trabajar muy duro para lograr la mayor tierra posible
y a consecuencia de esto desarrolló un severo caso de prolapso de hemorroides.
Él se sentó en una piedra y rezó en busca de orientación y una solución a su
situación, milagrosamente sus hemorroides se desvanecieron y la leyenda cuenta
que la huella de sus hemorroides permanece en la piedra hasta nuestros días.
La leyenda también dice que cualquier víctima de las hemorroides que se sienta
en la piedra y reza hoy se va a curar. San Fiacre vivió en Breuil hasta su
muerte en el año 670 y sus reliquias se encuentran en la catedral de Meaux, su
festividad se celebra el 1 de septiembre.
Hasta la fecha se desconoce con exactitud por qué un
irlandés hubiera sido declarado santo patrón de las hemorroides (aparte de los
mitos narrados aquí) ya que los irlandeses no parecen sufrir de hemorroides más
que cualquier otro grupo étnico. Según estimaciones, un 30% de todos los irlandeses
padecerán de hemorroides en algún momento de su vida, de todos modos, los irlandeses tardíamente decidieron dar a San Fiacre el reconocimiento
por su labor unos 14 siglos después de su muerte. En 1999,
se creó un jardín pintoresco con arbustos en el Irish National Stud Tully en el
Condado de Kildare y dedicado a él, esto es muy apreciado por los jinetes que
están acostumbrados a encontrar una bocanada de aire fresco allí.
A San Fiacre se le atribuyen otras virtudes además de cuidar
a los enfermos de hemorroides, también es el santo patrono de los jardineros y
los taxistas, sobre todo en Francia. Si usted padece de hemorroides y desea encomendarse a un Santo, San Fiacre es el indicado.
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